Lo que nadie te dice de cómo superar el síndrome postvacacional

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El otro día estaba revisando las novedades en Twitter cuando algo llamó mi atención. Era la fotografía de una conocida actriz española junto con un titular que decía cómo afrontaba ella su vuelta al trabajo.

Me puse a leer la información y decía algo así:

llega septiembre, el mes más odiado: el final de las vacaciones, la vuelta al cole, los días se acortan, vuelta a ver la cara de tu jefe, y para colmo tienes que esperar hasta Navidad para las próximas vacaciones.

Cuando terminé de leerlo, estaba indignada… me sentía mal.

¿Cómo no me iba a sentir mal si lo único que estaba leyendo eran los contras de la vuelta de las vacaciones y ni una sola mención a la parte de los pros? (Tampoco entendía de qué forma unas fotografías de una actriz posando con distintos modelis me podía ayudar a sentirme mejor…).

Te cuento esto porque ya tenía pensado escribir un post sobre la vuelta de las vacaciones y cómo afrontarlas de forma muy diferente. Pero a raíz de leer ese texto, decidí que dedicaría el contenido de todo este mes a ir a contra corriente de tanta sandez, a acabar con el puñetero piloto automático y con borreguismo que invade tanto medio de comunicación.

Mi objetivo con esta serie de posts es que hagas de esta vuelta de vacaciones un capítulo bien distinto a los anteriores. Que dejes de engrosar la columna de los contras para empezar a enriquecer y llenar la columna de los pros.

¿Cómo?

Empezando a pensar por ti.

 

Lo que los demás dicen de cómo superar el síndrome postvacacional

Como te digo, he pasado estas últimas semanas leyendo artículos de otros años sobre cómo superar el síndrome postvacacional (como siempre es lo mismo, sirve igual año tras año). Muchos de estos consejos ya me los sabía. Pero otros me han dejado con la boca abierta, patidifusa a más no poder (como dice una amiga mía: «¿en serio me estás diciendo esto?»).

Voy a hacer un barrido aquí de estos ‘consejos’ que dicen los expertos, por si te suenan y por si te sirven (si te funcionan, ¡estupendo! ¡tira palante e impleméntalos! Y si no, tranqui. Sigue leyendo y te los cuento):

  • No cargarse el trabajo el primer día.
  • Mejorar aquello que no te gusta del trabajo.
  • Huir de la rutina diaria.
  • No cogerse periodos de vacaciones muy largos.
  • Irse acostumbrando a los horarios.
  • Volver de forma progresiva a la rutina.
  • Practica deporte.
  • Meditar.
  • Organizar tu escritorio.

Y mi favorito:

  • Pon una foto nueva tuya en tu mesa de la oficina (que te recuerde los buenos momentos) (¿?)

¿De verdad alguien piensa que poniendo una foto nueva de sus vacaciones en la mesa de trabajo la gente se va a sentir mucho mejor?

Yo alucino a veces…

¿Es eso lo mejor que los ‘expertos’ nos pueden ofrecer?

Yo te quiero proponer un nuevo punto de vista, un nuevo enfoque de toda esta situación. Porque creo a pies juntillas que el problema no está tanto en los factores externos (que no digo que no), sino en el cristal desde el que estás viendo las cosas.

Hay muchas cosas que puedes hacer pero que a lo mejor todavía no te has planteado porque ni siquiera eres consciente de que hay otra forma de ver las cosas.

 

Toma conciencia de lo que no te funciona

El requisito número uno para cambiar algo que no te gusta o que te hace sentir mal, es darte cuenta de ello. Tomar conciencia de qué es lo que no va, lo que no funciona.

Sé que esta propuesta (es solo eso, una propuesta), no es tan glamurosa ni puede ser tan de titular de revista como las demás.

Sé que lo que más se comparte y lo que más gusta son consejos como los de la lista de antes (y vuelvo a repetir: si alguno de esos te sirve, tira palante).

Pero si ves que año tras año, cada vez que vuelves de vacaciones te sientes igual de mal, lo mismo es hora de pasar a la acción y empezar a ajustar algunas cosas de tu rutina. Porque, ¿quién dice que la rutina ha de ser mala o aburrida?

Tu rutina la creas tú, no es un ente extraño con vida propia. Y la única manera de que pases a la acción y cambies tus sensaciones negativas por otras más constructivas es que empieces a tomar conciencia de qué es lo que provoca ese maremagnun de sensaciones y pensamientos en ti.

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El síndrome postvacacional es un indicador de que tienes que revisar algo

Si lo piensas, el síndrome postvacacional no es más que un conjunto de sensaciones negativas que te indican que algo va mal. Que sientas angustia o estrés o un bajón que te mueres, no es más que un indicador que te dice que ahí pasa algo, y que ese algo necesita ser revisado.

Fíjate en un coche. ¿Qué ocurre cuando el nivel de gasolina está bajo? que se enciende la lucecita en el tablero con el icono de la gasolina. Te indica un problema, te advierte: necesitas combustible.

El síndrome postvacacional para mí es lo mismo. Es un indicador que te alerta de algo. Y ante esa situación tienes distintas opciones:

  • O hacer que aquí no pasa nada y seguir renqueando (tututuuuuu).
  • O pensar que todo el mundo se siente igual que tú (mal de muchos…).
  • O hacer caso a algunos expertos que te dan consejos sobre cómo evitar el síndrome (quita bicho).
  • O resignarte a volver a la rutina de la misma forma que siempre, haciendo lo mismo que siempre, pero esperando eso sí que por algún milagro divino este año la vuelta a la normalidad no sea tan dura como las anteriores (hacer lo mismo y esperar resultados diferentes… súper lógico, vamos).

Bajo mi punto de vista, sólo hay una manera, no sólo de esperar sino de obtener, resultados diferentes: tomar conciencia de lo que quieres, de lo que no quieres… y pasar a la acción.

Tienes que darte cuenta de cómo estás interpretando tú tu vuelta de las vacaciones y qué película te estás montando en tu cabeza. Recuerda que para neutralizar las sensaciones negativas, has de engrosar la lista de las cosas positivas.

 

 

3 claves para hacer que esta vuelta de vacaciones sea motivante a más no poder

1. Apaga el piloto automático.

Lo puedo decir más alto pero no más claro. Apaga el dichoso piloto automático y empieza a pensar por ti. ¿Qué puedes hacer tú para que esta vuelta de vacaciones sea diferente?

2. Rescata los objetivos de enero.

Sí, sí, no te escaquees, te estoy preguntando a ti. ¿Qué ha pasado con los objetivos que te marcaste este enero? ¿Siguen vivos? No me digas que ya total estas alturas del año prefieres esperarte a enero del año que viene para volverlo a intentar. Rescátalos, quítales el polvo. Escoge uno de ellos y…

3. Crea un plan de acción.

desmenúzalo en pequeñas metas, en pequeños pasos que puedes dar para acercarte a ese objetivo que te propusiste. No suele funcionar el marcarte un objetivo muy grande si no sabes cómo acercarte a él, cómo ejecutarlo. Necesitas un plan, una estrategia para pasar a la acción. Ya. Hoy mismo. Porque cuanto más lo dejes, más te va a pesar el pensar que no estás haciendo nada y eso, créeme, tiene un efecto bastante desastroso en tu propia confianza y en tu autoestima. Es como un círculo vicioso que sólo se puede romper empezando a marcarte y cumpliendo metas pequeñas. Día a día. Paso a paso.

 

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En resumen

Empieza a pensar por ti.

No te sientes a ver la misma película de todos los años, y ni mucho menos dejes que los demás te pongan el disco rayado de siempre. Empieza a pensar con lógica y mira con lupa aquellas sensaciones negativas que estás sintiendo. Sólo te indican que tienes que revisar hábitos, ir a la raíz del problema. Te llevará un tiempo. Las cosas importantes en la vida necesitan tiempo, y el sentirte mejor no es ninguna excepción. Piensa que sentirte bien es un aprendizaje, una habilidad que has de practicar, pero que empieza por darte cuenta de cómo te sientes y de cómo te quieres sentir. Para hacerte el camino más transitable y ofrecerte más recursos, te animo a unirte a la Tribu de Aprendízate y así no perderte nada de lo que publique este mes.

Puede ser un reto muy enriquecedor…

Ten por seguro que lo será…

…si tú así lo decides.

 

¡Ah! Este artículo forma parte de una serie de contenidos dedicados a acabar con el dichoso síndrome postvacacional. Puedes leer el anterior «¿Vives la vuelta de las vacaciones en piloto automático?» pinchando en el título.

 

Y ahora: va, mójate…

¿Qué reto u objetivo vas a recuperar para empezar a trabajar en él y hacer de este un septiembre motivante?

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Paco Vargas
7 años año

Excelente y muy útil entrada, Patricia. Muchas gracias.

Siempre digo que es tontería amargarse los lunes, ya que, al fin y al cabo, uno de cada siete días en nuestra vida es lunes, así que es mejor disfrutarlo y aprovecharlo. Quizás tenga que aplicar el mismo principio al mes de septiembre, ¿no?

Diego
7 años año

Excelente post Patricia, muchas gracias! Lo comparto en mi red de nutrición saludable!
Un fuerte abrazo!

Marina
7 años año

Saludos desde Cuenca, me ha gustado el artículo, es la primera vez que comento pero hoy lo hago tras leerlo.
Grande tu blog, enhorabuena

Giovanni Higuera
5 años año

Algo que me funciono, mientras fui empleado, era cuadrar el calendario, para que el regreso de trabajo coincidiera con un día Viernes. Esto hacia que el primer día de trabajo fuera algo suave (por ser Viernes) y tuvieras aun un sábado y un domingo para terminar de adaptarte al regreso el día lunes.

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